“La consulta es un derecho conquistado por los pueblos indígenas en todo el mundo. El problema no es la consulta en sí, sino los problemas de fondo y de forma en este proceso actual”, señala el codirector del Observatorio Ciudadano, Hernan Silva.
Santiago, martes 2 de septiembre de 2025. (diariomapuche.cl)-– El criticado proceso de consulta indígena implementado por el Gobierno del presidente Gabriel Boric para establecer un nuevo sistema de tierras, basado en las recomendaciones de la Comisión para la Paz y el Entendimiento, enfrenta un escenario de creciente desconfianza y rechazo entre organizaciones mapuche de distintas regiones. Esto ha quedado demostrado en las diversas protestas en varias ciudades donde los funcionarios han organizado estos cuestionados encuentros.
En una columna publicada en ciperchile.cl el Codirector del Observatorio Ciudadano, Hernan Silva Neriz, afirmó que esta Consulta tiene problemas de fondo, en que resalta que si bien el sistema propuesto busca acelerar la restitución de tierras con un fondo de 4.000 millones de dólares y nuevos órganos de gestión, podría limitar las demandas futuras de tierras de las comunidades mapuche, reduciendo su viabilidad procedimental, temporal y presupuestaria.
Según Silva, esto ha llevado a las organizaciones mapuche a dudar de la sostenibilidad del nuevo modelo y a verlo más como un mecanismo de mercado que como una verdadera reparación de los territorios ancestrales. En este punto también el especialista se refiere a que aplicar la posibilidad de «contratos de arrendamiento y mera tenencia sobre tierras indígenas que amplía el plazo para la celebración de dichos contratos, de 5 años a 25 años, (ha generado) una grave amenaza para los derechos territoriales mapuche.
En cuanto al problema de forma, las comunidades -según Silva Neriz- critican que solo transcurrieron tres meses entre la publicación de las propuestas y el inicio de la consulta, un plazo considerado insuficiente para un diálogo intercultural pertinente y para generar la confianza necesaria en un proceso de esta magnitud. A ello se suma la falta de pertinencia cultural en la comunicación de las medidas, lo que ha profundizado la brecha entre Estado y pueblo mapuche.
Otro aspecto crítico se relaciona con la Comisión para la Paz y el Entendimiento. Pese a estar integrada por cuatro comisionados mapuche, no todos representaban a organizaciones mapuche y el proceso careció de espacios de alta participación territorial. Esto ha llevado a que muchas organizaciones no reconozcan las propuestas como emanadas desde el mundo mapuche, sino desde un marco político ajeno a su autodeterminación.
“La consulta es un derecho conquistado por los pueblos indígenas en todo el mundo. El problema no es la consulta en sí, sino los problemas de fondo y de forma en este proceso actual”, señala el codirector del Observatorio Ciudadano.*****FIN*****
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