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Temuco
11 mayo 2025

A 200 años del Parlamento de Tapihue: voces mapuche reflexionan sobre el diálogo, la memoria y los desafíos de un nuevo pacto por la paz

En un contexto marcado por la entrega del informe de la Comisión Presidencial para la Paz y el Entendimiento, el Instituto Ta Iñ Pewam de la Universidad Católica de Temuco organizó un conversatorio que revisita el legado político del Parlamento de Tapihue (1825) y su proyección como referente para el futuro de las relaciones entre el Estado chileno y el pueblo mapuche.


Temuco, 10 de mayo de 2025. (UCT)– Conmemorando dos siglos del Parlamento de Tapihue —uno de los hitos más relevantes en la historia del diálogo entre el Estado chileno y el pueblo mapuche—, el Instituto Ta Iñ Pewam de la Universidad Católica de Temuco desarrolló el conversatorio “Güxamkawün. Xapiwemapu tañi kuifi xamün”, una instancia que reunió a historiadores, investigadores y referentes territoriales para reflexionar sobre los aprendizajes y urgencias que emergen desde la historia y la coyuntura actual.

La actividad, realizada en el Campus San Juan Pablo II, fue moderada por la dra. Andrea Armijo, académica e investigadora del Instituto, quien destacó la necesidad de rescatar el Parlamento de Tapihue como una acción política mapuche que “se proyecta como símbolo de soberanía, palabra y construcción colectiva. Recordarlo es también una forma de reivindicar una historia silenciada que puede abrir nuevas rutas de entendimiento”, señaló.

El historiador dr. Fernando Pairican, académico de la Pontificia Universidad Católica de Chile, ofreció una lectura profunda sobre Tapihue, articulándolo con procesos históricos de articulación política indígena.

“El Parlamento de Tapihue nos muestra que el diálogo político no es una concesión del Estado hacia el mundo mapuche, sino una práctica ancestral que nace desde las propias comunidades. Los Koyagtun —grandes parlamentos entre territorios— eran espacios de alta sofisticación política y Tapihue es un claro ejemplo de ello”, afirmó.

Pairican fue enfático en señalar que este tipo de hitos históricos deben ser entendidos desde la lógica mapuche y no solo desde la historiografía estatal.

“En Tapihue hubo tiempo, ritual, palabra y negociación. Es la antítesis del conflicto impuesto. Y ahí hay una enseñanza para el Chile actual: no hay posibilidad de paz sin respeto a la autonomía, sin reconocimiento al derecho colectivo. Es momento de que el Estado deje de ver esto como una amenaza y lo entienda como una oportunidad democrática”, sostuvo.

En la misma línea, el investigador valoró el reciente informe de la Comisión Presidencial para la Paz y el Entendimiento, señalando que representa una continuidad con otros procesos históricos como la Ley Indígena de 1993 o la Comisión de Verdad Histórica.

“Este informe se suma a un camino largo, pero aún incompleto. Lo relevante es que ahora hay propuestas concretas, como mecanismos de devolución de tierras y reconocimiento constitucional. Eso es clave, pero lo esencial será la voluntad política para avanzar sin retrocesos”, concluyó Pairican.

Por su parte, Margarita Calfío, trabajadora social e investigadora mapuche, entregó una visión crítica sobre la ausencia de la voz femenina en los relatos oficiales sobre Tapihue.

“Siempre se habla del Tapihue desde los lonkos, los acuerdos, los territorios, pero ¿dónde estaban las mujeres? Muchas participaron, acompañaron, sostuvieron los procesos. Y, sin embargo, la historia las omitió. Yo quise traer esa dimensión olvidada”, reflexionó.

En su intervención, Calfío propuso repensar el legado de Tapihue como un acto político que desafía los estereotipos sobre el pueblo mapuche.

“El Tapihue derrumba esa imagen del mapuche solo como guerrero. Aquí hubo interlocución, hubo un pacto. El Estado de Chile firmó un tratado, con mapas, con límites. Y no hubo otro que lo reemplazara. Ese tratado, aunque ignorado, sigue vigente en la memoria de muchas comunidades”, sostuvo.

La secretaria ejecutiva del Instituto, Isolde Reuque, subrayó la relevancia de generar espacios de diálogo plural desde la academia.

“Lo importante no es estar todos de acuerdo, sino reconocer que la diferencia también puede ser fecunda. Como Instituto buscamos precisamente eso: abrir preguntas, provocar reflexión, y conectar la historia con las demandas del presente”, señaló.

Finalmente, el director del Instituto Ta Iñ Pewam y Premio Nacional de Historia, Dr. Jorge Pinto Rodríguez, destacó el carácter académico y político del encuentro.

“En momentos como este, la historia debe dejar de ser archivo y convertirse en una herramienta de futuro. El Tapihue nos enseña que siempre es posible conversar, negociar y construir. Hoy, a 200 años, ese mensaje sigue más vigente que nunca”, concluyó.

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