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22 octubre 2025

Sofía Waikil, voz mapuche en internet: “Las redes sociales también son un territorio donde se puede aprender y vivir lo mapuche”

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La publicista y creadora de contenido Sofía Waikil o Sofía Huaiquil Queupomil, se ha transformado en una voz destacada del pueblo mapuche en el espacio digital. A través de sus videos en Instagram y TikTok, comparte conocimientos, reflexiones e imágenes del Wallmapu contemporáneo, conectando tradición, juventud y comunicación. En esta entrevista con Diario Mapuche, reflexiona sobre su trabajo, la identidad y el papel de las redes sociales en la revitalización cultural.


Por: Patricio Igor Melillanca
diariomapuche.cl
22 de octubre de 2025


—Lagmién, preséntese.
Mari mari pu lagmien. Mi nombre es Sofía Waikil (@quucho), mapuche. Ahora me dicen “influencer”, pero yo me considero más una creadora de contenido, una publicadora de lo que es ser mapuche en la modernidad. Hago videos en Instagram y TikTok, y soy publicista de profesión.

—¿Cómo nació su interés por transmitir el conocimiento que usted tiene, que sigue aprendiendo de las comunidades mapuches, y compartirlo en las redes sociales?
Fue algo natural. Siempre supe que era mapuche, no fue un descubrimiento. En mi familia, tanto mi padre como mi madre son mapuches, y crecí con la seguridad de que hay un «mapuchismo», de que somos distintos a los winka.
Sin embargo, al ir creciendo sentí que me faltaban referentes. Mis padres no hablaban mapudungun, aunque mi papá había hecho cursos y me enseñó algunas palabras. Ir a ceremonias fue algo que se fue rescatando con el tiempo.
En internet no encontraba información actualizada sobre nuestra cultura. Durante la pandemia vi creadores indígenas de otros países que mostraban sus vestimentas tradicionales y pensé que también podía hacerlo desde el mundo mapuche. Así nació mi primer video, y me di cuenta de que la gente tenía interés en conocer más.

—¿A qué se dedicaba antes del tema de las redes y a qué se dedica actualmente?
Soy publicista de profesión. En la universidad mis profesores veían un potencial mensaje en lo que hacía y me animaban a comunicar con claridad desde lo mapuche.
Nunca pensé que sería conocida ni me propuse ser “influencer”. Hoy sigo ejerciendo como publicista y community manager, porque en Chile las redes sociales no están monetizadas. Hago videos en mi tiempo libre y también trabajo con lagmien que tienen emprendimientos, ayudándolas con temas de comunicación digital.

—¿Qué le parece si la consideramos una kimeltuchefe del siglo XXI?
(Se ríe) Creo que a muchas lagmien les pasa lo mismo. Cuando nos empiezan a considerar werken o kimche, una se siente un poco incómoda. No me siento así, pero si la gente me ve de esa manera, tampoco digo que están equivocados.
Me ha pasado que en el extranjero me mencionan como “referente del pueblo mapuche”, y esa palabra también me genera conflicto, porque no hablo por mi pueblo. Hablo desde mi experiencia personal. Si puedo aportar en ese caminar, lo hago, pero siempre desde el diálogo y la conversación abierta.

—En un momento en que se habla de educación intercultural y de crisis de los sistemas educativos, ¿Qué rol cree que tienen las redes sociales para enseñar o difundir la cultura mapuche?
Creo que las redes sociales también son un territorio donde se puede aprender y vivir lo mapuche. No hay que subestimarlas. Es cierto que lo más auténtico se aprende en los territorios, pero las plataformas son una oportunidad para jóvenes que necesitan saber de lo mapuche y quizás no tienen a nadie en su familia que los oriente, como me pasó a mí.
Las redes permiten armar comunidades en otros territorios y comunicar proyectos culturales. También hay que entender las tendencias y los códigos visuales para que el mensaje tenga impacto. Así se pueden difundir iniciativas como la escuela intercultural o agrupaciones como Reelmu. (Se refiere a @relmu_wallmapu)

—¿Cómo ha sido su proceso de formación, tanto en nuevas tecnologías como en el conocimiento del Wallmapu profundo y del mundo urbano o warria?
Viví muchos años en Santiago y, al principio, no conocía agrupaciones mapuches. Pensaba que en la ciudad no había espacios de encuentro, pero con el tiempo encontré cursos de mapudungun, ceremonias y lagmien que estaban en la misma búsqueda.
Me di cuenta de que a veces en la ciudad hay más recelo que en las comunidades. Una forma de fortalecer el conocimiento es rescatar la lengua, participar en cursos y conectarse con otros mapuches en contextos urbanos. Así se comparten experiencias y uno entiende que todos estamos en el mismo proceso.

—¿Cuáles son las preguntas que el pueblo mapuche debería hacerse para enfrentar los tiempos del siglo XXI?
Una de mis grandes inquietudes fue si algún día llegaría a ser hablante de mapudungun. Hoy siento que ese debe ser un objetivo colectivo: formar neo hablantes, estudiar, practicar y perder la vergüenza.
Con la lengua también vienen otros conocimientos: respetar a nuestras autoridades ancestrales, cuestionar la religión, equilibrar la vida entre el mundo mapuche y el occidental, y volver a una alimentación más natural, con legumbres, hongos, frutos del bosque y del mar.
La pregunta que me guía es: ¿Qué estoy haciendo yo para que siga vigente lo mapuche? ¿Qué estoy haciendo para vivir como mapuche? ¿Me identifico, influyo, hablo el idioma?

—Para finalizar, ¿qué mensaje le gustaría dejar a los lectores de Diario Mapuche?
Uno puede visitar muchos lugares y países, pero siempre es bueno estar con nuestra gente, con pu lagmien, en comunidad y en territorio. Que Diario Mapuche me haya considerado para esta entrevista es un honor. Ojalá todo lo que se rescate de esta conversación sirva a las personas.*****FIN*****

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