Cuando el Estado equipara una lengua viva de un pueblo preexistente al país con una jerga carcelaria, no solo yerra, sino que criminaliza la identidad y vulnera derechos culturales básicos.
Temuco, 25 septiembre 2025 (diariomapuche.cl).— El Juzgado de Garantía de Temuco acogió una cautela de garantía y ordenó a Gendarmería corregir la ficha penitenciaria de Héctor Llaitul, uno de los líderes de la Coordinadora Arauco Malleco (CAMA), luego de que la defensa denunciara errores que incidían en su clasificación. Entre ellos, confundir el mapudungun con “coa” (jerga carcelaria). La resolución fue informada públicamente el 26–27 de agosto de 2025 por radio Bio-Bio.
La historia comienza cuando la defensa de Llaitul, presentó a fines de de julio de 2025 una cautela de garantía denunciando “elementos falsos o distorsionados” en la ficha de caracterización penitenciaria, entre ellos la anotación que indicaba que el interno se comunicaba en “coa”. Dicha ficha alimenta la categorización de compromiso delictual y puede repercutir en traslados y beneficios informaron medios digitales.
Una ficha penitenciaria no puede criminalizar un idioma. Si el registro oficial desconoce el mapudungun, la consecuencia práctica es empeorar la clasificación, restringir derechos y reforzar estigmas contra las personas mapuche privadas de libertad.
¿Qué es el “coa” y por qué la confusión es grave?
El “coa” es una jerga asociada al ámbito delictual y penitenciario en Chile; así lo describen tanto referencias académicas e históricas como publicaciones institucionales, de wikipedia y de la propia Gendarmería. No es una lengua indígena.
“Confundir mapudungun con ‘coa’ no es un detalle: es desconocer derechos lingüísticos. El Estado debe reconocer, registrar y facilitar el uso del mapudungun en contexto penitenciario, con intérpretes y protocolos claros.”
El fallo y sus efectos
El tribunal ordenó a Gendarmería rectificar la ficha. Medios regionales precisaron que, entre los puntos a corregir, estaba justamente la referencia a “coa” en vez de mapudungun. La decisión abre la puerta a revisar impactos derivados de una sobreclasificación de peligrosidad.
Lo que falta
La orden de corrección no resuelve por sí sola la raíz del problema: la falta de protocolos lingüísticos en cárceles para personas indígenas y la estandarización de registros que invisibilizan el mapudungun.
Expertos y organizaciones plantean que corresponde protocolizar intérpretes, formación funcionaria y ajustes de ficha que distingan con precisión lenguas de jergas.
Es necesario revisar y actualizar de manera urgente protocolos obligatorios que reconozcan el mapudungun en Gendarmería y el Poder Judicial: intérpretes, capacitación y fichas correctas. El mínimo es no criminalizar una lengua; lo urgente es protegerla y garantizar su uso.*****FIN*****