La textilería mapuche es una práctica que no se ha interrumpido, sino que continúa viva en manos de tejedoras que mantienen, reinterpretan y proyectan una tradición que ha acompañado al pueblo mapuche durante siglos.
Temuco, 20 de noviembre de 2025. (diariomapuche.cl)– El Servicio Nacional del Patrimonio recordó esta semana en sus redes sociales la profundidad histórica del arte textil mapuche, destacando que su origen es prehispánico. La evidencia proviene del sitio arqueológico Alboyanco, en la cordillera de la Costa de La Araucanía, donde se recuperaron fragmentos textiles fechados en torno al año 1436, dentro de un enterratorio del Complejo Alfarero El Vergel (200–1100 d.C.).
Estas piezas permiten comprender que la tradición textil mapuche —practicada principalmente por mujeres— posee una continuidad milenaria. El uso del witral, o telar vertical, y de tintes naturales de plantas y minerales formaba parte del quehacer cotidiano mucho antes del contacto colonial.
En tiempos precolombinos se utilizaban fibras de camélidos; tras la llegada de los españoles se sumó la lana de oveja sin interrumpir la continuidad cultural del oficio.. Según la Biblioteca Nacional, «la rápida incorporación de la oveja, traída al continente americano por los colonizadores, produjo importantes cambios en la actividad textil mapuche» (Memoria Chilena). Investigaciones confirman que «la oveja (…) reemplazó completamente a la antigua lana de chilihueque» (Textilería Mapuche, Unter, 2014).
Entre los textiles más significativos se encuentra el trariwe, una prenda alargada utilizada tanto por hombres como por mujeres para ajustar el chamal. Su característica línea roja central representa la masculinidad dentro de un tejido que también cumple funciones estéticas y simbólicas.
El trariwe es un ejemplo de la complejidad técnica del tejido mapuche: se confecciona en telar a doble faz, con diseños policromos que comunican identidad, estatus y pertenencia territorial. Hoy, una de estas piezas forma parte de las colecciones del Museo Regional de La Araucanía.
Al destacar estos hallazgos históricos, el Servicio del Patrimonio subraya que el arte textil mapuche es una práctica que no se ha interrumpido, sino que continúa viva en manos de tejedoras que mantienen, reinterpretan y proyectan una tradición que ha acompañado al pueblo mapuche durante siglos.

