La exposición “Lago Ranco Williche, Grabados de la Memoria”, del artista ranquino Antü Antillanca, reunió a cientos de personas durante octubre y noviembre en la Casa Corporación Lago Ranco. La muestra, gratuita y abierta a toda la comunidad, puso en el centro el arte mapuche williche y la memoria territorial del futawillimapu.
Descentralizar el arte desde el territorio
“Siempre he tenido la intención de descentralizar los espacios de exhibición, hacer del arte un espacio cotidiano y cercano, no una galería lejana o inaccesible”, explicó Antü Antillanca al presentar la exposición en su territorio de origen. La jornada inaugural reunió a autoridades tradicionales, lideresas, jóvenes y niñas y niños de Lago Ranco, quienes definieron el encuentro como “una victoria” que permite visibilizar la memoria williche desde la belleza del grabado.
Las diez xilografías que componen la muestra dialogan con hechos y experiencias históricas del territorio. Entre las obras más comentadas destacaron “Colonización”, que aborda el rol de las escuelas en los procesos de despojo cultural, y “Quema de wiños”, que representa la eliminación del palín en la zona.
El longko Mauricio Huenulef, del Aylla Rewe de Daglipulli, valoró la propuesta artística afirmando que “aquí estamos los mapuche, esta vez desde el arte, reivindicando nuestra historia y derechos”.
Arte mapuche en contextos rurales
La exposición plantea el arte mapuche williche de origen rural como una narrativa vigente y necesaria. Para Antü Antillanca, lo artístico es una forma de resistencia y un espacio de disputa simbólica: “Al mundo mapuche se nos forzó a olvidar y a no representarnos; ahí hay un despojo de poder. Por eso, el arte es herramienta política de transformación social”.
El artista subraya que el arte indígena no debe restringirse a formatos ni circuitos occidentales, sino recuperar las prácticas creativas y sensibles que emergen desde los territorios: “El arte es inherente a toda sociedad humana… cuando nos despojan de esa capacidad tan bella de crear, nos mutilan como seres humanos. También se enferma el territorio cuando no lo apreciamos desde una mirada amplia que el arte puede permitir”.
Todo el proceso creativo se realizó de manera manual, mediante grabado en madera y tinta. “Al revelar el estampado asoman lecturas propias del material. Eso me hace mucho sentido: develar cómo se expresa la matriz”, señaló Antü.
Memoria colectiva y defensa del territorio
“Cuando parte un longko, una papay o una autoridad tradicional y no alcanzamos a registrar sus saberes, se vuelve una pérdida dolorosa”, explica el artista. La muestra busca aportar a ese registro comunitario, entendiendo la memoria territorial como un elemento esencial para la identidad y continuidad cultural.
Las obras están disponibles para itinerar por otras comunas y regiones, con el fin de generar nuevos encuentros donde converjan arte indígena, memoria y defensa del territorio.
El trabajo de Antü Antillanca puede conocerse en Instagram: @antu_arte.

