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Temuco
14 octubre 2025

Política Productiva en La Araucanía: oportunidad para los productores y comercializadores locales o nuevo ciclo de concentración económica

La nueva Política Productiva Regional promete diversificar la economía de La Araucanía y fortalecer a los productores y comercializadores locales. En este ecosistema convergen lo agrícola, lo laboral y lo comercial. Pero también están las trenzas de poder de las grandes industrias forestales, hidroeléctricas, energéticas y sus encadenamientos con el negocio exportador salmonero.


Temuco, 14 de octubre de 2025 (DiarioMapuche.cl).— La reciente aprobación por unanimidad de la primera Política Pública Regional de Fomento Productivo en el Gobierno de La Araucanía, intenta orientar la inversión pública y privada con horizonte de diez años. Sin embargo, surge una pregunta central: ¿podrá esta política traducirse en una verdadera redistribución de oportunidades para los pequeños y medianos productores y comercializadores locales, o quedará atrapada en la lógica de concentración de grandes industrias de monocultivo y cuestionadas empresa comercializadoras?

Según lo informado por el Gobierno Regional, la política se articula alrededor de seis ejes estratégicos —desplegados en 34 líneas de acción y 157 acciones previstas—, los cuales buscan encauzar el crecimiento productivo regional de manera más coherente, inclusiva y planificada. Aunque el documento completo aún no ha sido difundido públicamente, los ejes declarados ofrecen una hoja de ruta para las comunidades, los pequeños productores y los actores locales:

  1. Fortalecimiento y diversificación productiva: romper la dependencia de pocos rubros tradicionales y fomentar nuevas iniciativas agrícolas, forestales, silvícolas y de servicios.

  2. Agregación de valor mediante innovación, ciencia y tecnología: promover la investigación aplicada, el desarrollo productivo con base tecnológica y la vinculación con los centros académicos locales.

  3. Infraestructura y equipamiento productivo: mejorar la conectividad, el acceso a recursos hídricos, caminos rurales, sistemas de riego y electrificación, especialmente en zonas aisladas del Wallmapu.

  4. Estrategias de comercialización: fortalecer canales de mercado local, nacional e internacional, mejorar la logística y abrir espacios de exportación con criterios justos.

  5. Ecosistemas de negocios: estímulo al emprendimiento, inversión privada responsable, cooperativas, empresas sociales y apoyo a iniciativas con identidad territorial.

  6. Articulación, coordinación y asociatividad: consolidar redes entre actores públicos, privados, organizaciones comunitarias, universidades y pueblos originarios, asegurando coherencia entre municipios, GORE y los servicios estatales.

El gobernador René Saffirio, en el sitio web del gobierno regional, destacó que la aprobación unánime de la primera Política Pública Regional de Fomento Productivo representa un paso estratégico para fortalecer la economía de La Araucanía. Según explicó, “esta iniciativa aprobada permitirá implementar programas y proyectos específicos para tener una mayor competitividad de las micro, pequeñas y medianas empresas, generación de empleos de calidad y la reducción de la informalidad laboral”.

Agregó que el plan busca promover “el desarrollo de un ecosistema regional de innovación y emprendimiento, con inclusión de género e interculturalidad, además del avance hacia una economía regional sostenible y con identidad territorial”.

Saffirio enfatizó que este nuevo instrumento permitirá orientar de manera más eficiente la inversión pública y privada, apoyando a sectores estratégicos mediante la innovación, la ciencia aplicada y la cooperación entre el mundo público y privado. A su juicio, esta política será “una herramienta clave para reducir brechas territoriales y avanzar hacia un modelo económico más justo, participativo y sustentable para La Araucanía”.


Oportunidades y riesgos

Este diseño estratégico podría representar un cambio significativo si logra conjugar inversión con justicia territorial. Para las comunidades mapuche, el desafío está en que esta propuesta los proyectos productivos, se potencie con el la riqueza de los derechos sobre el territorio, respalde las economías locales ancestrales, y el comercio justo en las ciudades y en la zona sur del país.

Los riesgos también son preguntas valiosas:


• Que las líneas de acción favorezcan al monocultivo industrial, antes que a los pequeños y medianos productores, comerciantes y comunidades.
• Que los criterios de comercialización no consideren los costos logísticos peculiares del territorio indígena.
• Que la articulación institucional permanezca como palabra, sin poder real para que las voces locales incidan.

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