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05 julio 2025

Leer en la Cordillera: Una comunidad que se reencuentra con los libros y la lectura en Neltume

Entre las motivaciones lectoras más frecuentes de los habitantes del lugar se encuentran el deseo de apoyar a hijas/os en sus procesos escolares, la formación profesional, el desarrollo personal y la búsqueda de bienestar emocional. En varios relatos aparece la lectura como una herramienta para entender el territorio y desenvolverse mejor en él.


Panguipulli, 04 de julio de 2025. El Centro Cultural Museo y Memoria de Neltume (CCMMN) y su Biblioteca Comunitaria ha sido un refugio para quienes buscan en la lectura una forma de conocimiento, encuentro y expresión. Hoy, ese esfuerzo suma un nuevo hito: la finalización de una investigación sobre hábitos y experiencias en torno al libro y la lectura en las localidades precordilleranas de la comuna de Panguipulli.

Financiado por el Fondo del Libro y la Lectura 2024 del Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, el proyecto “Leer en la cordillera. Diagnóstico, fortalecimiento y puesta en valor de la biblioteca comunitaria del Museo de Neltume en Los Ríos” tuvo como objetivo conocer en profundidad cómo leen, qué leen y por qué leen las personas que habitan Neltume, Lago Neltume, Puerto Fuy y Puerto Pirihueico. Su propósito final: trazar las bases para un plan de fomento lector con enfoque territorial y de derechos humanos.

Una biblioteca comunitaria en la ruralidad

La comuna de Panguipulli es la más rural de la Región de Los Ríos (55,2% de su población), con un 44% de habitantes mapuche, según cifras del INE 2018. En este contexto, la Biblioteca Comunitaria del CCMMN —fundada en 2013 con donaciones de libros desde Valparaíso y otras personas e instituciones— ha logrado mantenerse activa con más de 3.000 títulos y servicios como préstamos domiciliarios, bibliomóvil y actividades escolares y comunitarias. En 2022, amplió su colección con títulos de cocina, tejido, mangas, k-dramas y libros infantiles, gracias a la adjudicación de un fondo público.

Para ampliar ese diagnóstico local entre junio y noviembre del año pasado se realizaron 12 grupos focales con 85 personas de entre 6 y 81 años, representantes de organizaciones comunitarias, establecimientos educacionales (estudiantes y profesores), servicios públicos y agrupaciones territoriales. Esta metodología cualitativa permitió levantar una diversidad de voces, entre las que destacan estudiantes, adultos mayores, docentes, vecinas, funcionarios de salud y de otras instituciones públicas. Los temas abordados incluyeron la relación con los libros, la experiencia lectora, el acceso a la lectura, la percepción sobre las bibliotecas y la oralidad. También se discutieron propuestas para mejorar la biblioteca comunitaria del CCMMN.

¿Qué mueve a leer?

Entre las motivaciones lectoras más frecuentes se encuentran el deseo de apoyar a hijas/os en sus procesos escolares, la formación profesional, el desarrollo personal y la búsqueda de bienestar emocional. En varios relatos aparece la lectura como una herramienta para entender el territorio y desenvolverse mejor en él.

También destaca la influencia de referentes familiares, docentes o redes sociales como TikTok o Instagram, desde donde llegan recomendaciones de libros que han marcado a las personas, provocándoles alegría, tristeza o reflexión.

La escritura también emergió como una experiencia significativa, sobre todo entre mujeres adultas, quienes relataron que escriben para desahogarse o crear. Muchas de las participantes en las entrevistas colectivas, además, evocaron con emoción los relatos orales que marcaron su infancia, reivindicando así la tradición de la oralidad que aún sobrevive en la zona. Las infancias no quedaron atrás en sus percepciones que revelan la escucha activa que hacen de relatos locales que aún circulan y que son capaces de llevar a dibujos y cuentos.

Barreras y oportunidades

Según los resultados obtenidos una de las principales barreras para la lectura en términos generales es el acceso a libros, tanto por disponibilidad como por formatos poco amigables (tamaño de letra, extensión, diseño). Otra dificultad es la falta de tiempo, más que la falta de interés. También se percibe que desde instituciones públicas la lectura se promueve más como una herramienta técnica que como una práctica cultural desarrollada por gusto.

En este contexto, las bibliotecas son valoradas como espacios tranquilos, acogedores y sociales. Más que solo un lugar para leer, se reconocen como centros culturales fundamentales para el territorio.

Diagnóstico para la acción

Este nuevo diagnóstico da continuidad al realizado en 2022 mediante una encuesta aplicada a más de 100 personas. Los resultados de ambos estudios serán sistematizados y publicados en un libro digital e impreso, que busca servir de base para diseñar e implementar planes de fomento lector pertinentes al territorio y sus habitantes. Está previsto para el sábado 19 de julio a las 14.00 horas la actividad de presentación de estos resultados y del libro que los compila.

En consonancia con la Política Nacional del Libro, la Lectura y las Bibliotecas (2023), este proyecto busca garantizar el derecho humano a la lectura, entendida como un recurso habilitante para una vida democrática, culturalmente rica y socialmente participativa.

Con esta investigación, el CCMMN da un nuevo paso hacia la consolidación de una biblioteca viva, que no solo presta libros, sino que escucha, dialoga y construye con su comunidad un vínculo significativo con la lectura. Las investigadoras a cargo del trabajo fueron Cecilia Lagos y Bernarda Aucapan, quienes vienen desarrollando una trayectoria en investigaciones de esta índole en la región.

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